Alguno tratadistas confunden este apellido con el de "Cabañas" o "Cabanas", de Aragón, y dicen que son un mismo linaje. No es acertada, sin embargo, esa opinión. El apellido C., extendido por Cataluña, Valencia y Baleares, es oriundo de Francia y de los de notoria nobleza en aquella nación. De Francia vino a España Felipe de C., señor de Luttange, Veimberg, Chel-Kirns, Guelange, Maney, Telange, Rexange y Cons, que entró al servicio de nuestros reyes en las reales guardias walonas, de cuyo cuerpo fue teniente coronel, y habiendo ascendido de grado en grado hasta el de teniente general, desempeñó los altos puestos de capitán general de Cataluña y de presidente de su Real Audiencia.
De la misma familia dimanó la rama que se estableció en Solsona (Lérida), y de la que fue José de C., natural de Solsona, que casó con doña María Riera, de la misma naturaleza, y fueron padres de Segismundo de C., natural de Solsona, que de su esposa doña Margarita Coma, nacida en la misma ciudad tuvo a Mario de C., natural de Solsona, que contrajo matrimonio con doña Josefa Escoffet, natural de Barcelona, naciendo de esa unión José Mariano de C. y Escofet, natural de Solsona, regidor perpetuo de Barcelona, maestrante de Ronda y caballero de la Orden de Carlos III, en la que ingresó el 27 de mayo de 1818.
El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia C., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales. Los esmaltes del arma de los C. pregonan los siguientes valores: el Gules es el símbolo de la fuerza, del poder, del amor ferviente a Dios y al prójimo, tal es el significado de este esmalte, a lo que habría que añadir el afán de dominio, el coraje, la audacia, la fortaleza y la magnanimidad, un alto porcentaje de este tipo de escudos familiares se dieron por actos de guerra.
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