BEDOYA ORIGEN Y SIGNIFICADO Aunque se conoce el lugar de procedencia, no hemos encontrados en las fuentes heráldicas las circunstancias de la aparición del apellido. En todo caso, se trata de un apellido que tuvo su origen en el lugar de su nombre, ayuntamiento de Cillorigo-Castro, partido judicial de Potes (Cantabria) y que posteriormente se repartió por otras zonas de la Península Ibérica. APELLIDOS DERIVADOS Las derivaciones del apellido proceden, muchas veces, a partir de una pluralización o femenización del mismo. En el caso del apellido Bedoya, no existen formas derivadas. LINAJE E HISTORIA No hemos encontrado en las fuentes documentales escritas referencias propias del apellido. Así, hemos de pensar que el apellido tuvo una evolución reciente. Cuando indicamos esta evolución nos referimos que el apellido probablemente no existía en la época medieval y fue en la época más moderna cuando apareció y evolucionó. Su desarrollo no se limitó en los lugares donde apareció, sinó que se extendió por amplias zonas de habla hispana. Así pues, el apellido Bedoya, todo y ser de origen más o menos reciente, se encuentra representado en la Península Ibérica y en diversos paises de América Latina. ARMAS Las armas principales del apellido, según detalla Fernando González-Doria, son: escudo cuartelado: 1º y 4º, en campo de azur, un castillo de plata, y 2º y 3º, en campo de oro, una banda de gules engolada en cabezas de dragones de sinople. Estas armas se encuentran relacionadas en el "Diccionario heráldico y nobiliario de los reinos de España", en la página 451. TOPONIMIA Los topónimos no son muy frecuentes. Sin embargo, existen topónimos del apellido relacionados con pueblos y villas tanto de España como de diversos paises de América Latina. No hemos encontrado topónimos de tipo geográfico. Aunque se trata de un apellido específicamente toponímico, radicado en la provincia de Santander. EL APELLIDO HOY Ya hemos señalado que el apellido Bedoya se encuentra repartido por diversas zonas de la Península Ibérica y en paises de América Latina. Cabe añadir que a pesar de su distribución regular, el apellido Bedoya no es muy frecuente. Al existir pocas familias que lleven el apellido es lógico pensar que todas ellas proceden de un tronco común, aspecto que no se cumple en el caso de los apellidos "patronímicos" que son más abundantes y tienen diversas ramas con distintos orígenes.

Todos los autores se muestran de acuerdo en que procede del valle de Liébana, en Santander. Del tronco principal se desgajaron ramas que fueron a establecerse en Burgos, Cuenca, Murcia, Andalucía y León. Del continente americano, puede citarse a don Pedro de Bedoya Osorio, del Consejo de S.M. y Fiscal dela Real Audiencia de Méjico, y don Gaspar de Bedoya, Alcalde del Crimen de la Audiencia de Méjico. Para ingresar en las Ordenes Militares, con preferencia en las de Santiago, Calatrava, Carlos III, y en las Reales Compañías de Guardias Marinas, miembros de esta familia hicieron probanza de su nobleza. Armas: Escudo cuartelado: 1 y 4º; de azur, con un castillo de plata y 2º y 3º; de oro, con una banda de gules engolada en dragantes de sinople.

Bedoya es de ascendencia de los italianos en el siglo 17, el apellido bedoya termina en vocal y como es comun los apellidos que terminan en vocal vienen de decendencia italiana, pero debe tener caracteristicas como la pronunciacion y como se escucha, los bedoyas se regaron en todo el continente hispanico.

Todos los autores se muestran de acuerdo en que procede del valle de Liébana, en Santander. Del tronco principal se desgajaron ramas que fueron a establecerse en Burgos, Cuenca, Murcia, Andalucía y León. Del continente americano, puede citarse a don Pedro de Bedoya Osorio, del Consejo de S.M. y Fiscal de la Real Audiencia de Méjico, y don Gaspar de Bedoya, Alcalde del Crimen de la Audiencia de Méjico. Para ingresar en las Ordenes Militares, con preferencia en las de Santiago, Calatrava, Carlos III, y en las Reales Compañías de Guardias Marinas, miembros de esta familia hicieron probanza de su nobleza.

Armas: Escudo cuartelado: 1º y 4º; de azur, con un castillo de plata y 2º y 3º; de oro, con una banda de gules engolada en dragantes de sinople.

La hipótesis del origen español del apellido Bedoya —sostenida por heraldistas y genealogistas Españoles no es consistente puesto que manifiestan no saber, a ciencia cierta, sobre su origen ni sobre su significado o etimología.


Esta falta de determinación comprobada del origen español del apellido Bedoya; carece, además, de significante etimológico y a lo sumo tienen como referente epocal la ubicación del apellido que examinamos en la edad moderna. Por consiguiente, una debilidad de su origen Español es su horizonte temporal reciente que en el caso de los genealogistas españoles se remonta al siglo XVII y al último cuarto del siglo XVI en el caso de los primeros biógrafos peruanos, como veremos a continuación.

Una de las primeras personas, con el apellido Bedoya, que se registra en el Apéndice al Diccionario Histórico – Biográfico del Perú, por Evaristo San Cristóbal (Librería e Imprenta Gil, S. A. Lima, 1935), es Don Pedro Bedoya y Guevara que fue Capitán del Ejército español y, entre otros cargos, se desempeñó como Alcalde de Lima en cuatro oportunidades consecutivas. En el Diccionario de Evaristo San Cristóbal que citamos dice:

“En 1619, la . sirvió en unión de D. Diego de Carvajal, Correo Mayor de estos Reinos. En 1624 la ocupó en unión del Capitán D. Juan de Dios y Berriz. En 1647, y siendo maestre de campo, fué (sic) nombrado nuevamente Alcalde de la ciudad junto con D. Francisco Arce de Sevilla; pero por enfermedad de ambos, el Virrey D. Pedro de Toledo y Leiva, marqués de Mancera, en decreto de 6 de Marzo de dicho año, ordenó que el Regidor más antiguo, que lo era D. Julián de Lorca, los reemplazase en la Alcaldía. Desempeñó el cargo el indicado Lorca desde el 7 de Marzo hasta el 4 de Abril, en que volvieron a desempañar sus puestos los expresados Alcaldes”.

El otro registro biográfico en el diccionario que citamos corresponde al patriota Gregorio de Bedoya:

“Cura propio y vicario de la doctrina de Lunahuaná. El 28 de febrero de 1822 publicó una exhortación a sus feligreses, que tituló Viva la patria. Bedoya hizo que esta publicación circulase a manera de propaganda a favor de la causa libertadora”.

Por su parte, Manuel de Mendiburu, en su clásico Diccionario Histórico – Biográfico del Perú, Parte Primera, Tomo Segundo (Imprenta de J. Francisco Solis, Lima, 1876), consigna solamente a dos personas con el apellido Bedoya: ambos con referencias de fechas posteriores al movimiento revolucionario de Túpac Amaru. Trátase del Dr. Bartolomé Bedoya y el Brigadier Don Ramón Gómez Bedoya. El primero, nacido en Arequipa, abogado de profesión —quien tuvo un hermano de nombre Antonio— fue:

“…teniente asesor de la intendencia de Tarma desde 1786 hasta 1812. Fiscal de lo civil y criminal de la audiencia del Cuzco desde 1812 hasta 1821, y en 1820 y 21 auditor general de guerra del vireinato (sic). Ante el Dr. Bedoya hizo el virey (sic) Don Joaquín de la Pezuela su protesta en forma por la violencia con que los jefes del ejército le depusieron del mando en 29 de Enero de 1821.- Falleció en la plaza sitiada del Callao á fines de 1825”.

El segundo Bedoya que menciona Manuel de Mendiburu es un militar que luchó contra la Independencia peruana:

“…teniente coronel y ayudante del brigadier Don José Canterac que pasó de jefe del estado mayor general del ejército del Alto Perú en 1818… En la batalla de Junin, Bedoya fue uno de los derrotados con su regimiento el 6 de Agosto de 1821. A la de Ayacucho asistió mandando la 2ª brigada de la división de caballería. Es lo más notable de la carrera de este jefe, quien habiendo regresado á España no adelantó en ella”.

Frente a tan renombradas fuentes biográficas de la historia peruana que nos remiten a 1619 como primer dato temporal del apellido Bedoya en el Perú, emergió, casi silente, cual punta de un iceberg, otra fuente y otra hipótesis de mayor consistencia sobre el significado y el origen del apellido Bedoya que deriva del aymara Withuya y significa “El que silva reciamente, //Aquel cuyas palabras corren como el viento” (Cf. Diccionario Aymara – Castellano, Castellano – Aymara. Por Manuel De Lucca D. Impreso por la Comisión de Alfabetización y Literatura en Aymara. Villamil de Rada. La Paz, 1983, Pág. 478).

Obviamente el apellido originario Withuya ha sufrido un proceso de refonologización para ser aceptado —en sus formas oral y escrita— en el idioma español como Bedoya. La contundencia del origen aymara del apellido Bedoya se registra en el diccionario mencionado y cuya parte central transcribimos como sigue:

“Apellido Bedoya.- En los títulos de composición y venta de tierras que posee el ayllu Chariri del pueblo de Toledo (Oruro) y que están fechados el 24 de Febrero de 1563, como la figura central en la compra de tierras realizadas por los indígenas del mencionado ayllu aparece…

‘El Cacique Gobernador del pueblo Real de San Agustín de Toledo, parcialidad Aransaya, Don Juan de Dios Apu Withuya, indio noble que ejerce esas funciones por mandato de los Incas, señores naturales del Reino del Perú.’

Años más tarde, según consta en un documento adjunto a los títulos ya mencionados, en el año de 1619 fue confirmado como ‘Cacique Gobernador y de Sangre’ del área de Toledo, con título especial conferido por el Virrey Marqués de Montes Claros…

‘Don Gabriel Bedoya, quien desde la muerte de su abuelo Don Juan de Dios Apu Bedoya o Withuya, había fijado su residencia en la ciudad de los Virreyes.’

Al final de la página 489, el autor complementa afirmando que los sustentos documentales se conservan en la comunidad Chuquiña del Cantón La Joya, Provincia Saucarí del Departamento de Oruro, Bolivia.

Por consiguiente, la información cronológica de la antigüedad del apellido Bedoya nos conduce inevitablemente a la determinación de su origen aymara. La posición hispanista, sobre este tema, tiene como referente epocal, dentro de la historia del Perú colonial, al último cuarto del siglo XVI; mientras que su establecimiento andino, en cuanto a significado, significante y referente, es más antigüo y preciso: se remonta a la época prehispánica (24 de febrero de 1563) y su ubigeo originario es “el ayllu Chariri del pueblo de Toledo” en Oruro.