Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la repoblación de Tarragona realizada por Ramón Berenguer III y culminada por San Olegario y el caballero normando Robert Bordet a principios del siglo XII. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de bizerta, acompañando las tropas de asalto en la conquista del 25 de Octubre de 1.573. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Bartila. Son sus armas: Cortado: primero, en azur, una estrella de oro y segundo, en gules, una flor de lis de oro y bordura de oro, con cuatro cabezas de lobo de sable. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia B., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento estrella es la figura más extendida en la heráldica, su significado es impreciso, en cuanto se refiere a la Península, pero parece ser que demostrar su fidelidad a la Iglesia de Roma, por analogía al significado en Lombardía y Toscana que era la pertenencia al partido Güelfo (del Papa de Roma). Los esmaltes del arma de los B. pregonan los siguientes valores: el Azur corresponde al símbolo del agua, de la continuidad de la vida, es un color de nobleza, belleza, castidad y fidelidad, además otras virtudes caracterizaban a la familia, tales como la abundancia económica, la perseverancia, la suerte, la fama y el afán de victoria.
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