Este apellido es muy extendido en la penísula con numerosas casas solariegas. Por referencias de historiadores de la época, podríamos afirmar, pero no asegurar, que este escudo u otro muy similar a él, apareció inicialmente desde el siglo XI al XIV, particularmente en la escolta del rey de Castilla, D. Fernando el Santo, que se entrevistó con su madre en 1245 en un lugar llamado Pozuelo donde luego se fundó Ciudad Real. Las referencias de esta familia parecen precisarse con más frecuencia desde el siglo XV al XIX en especial los hechos de la secretaria del duque de Osuna, que junto con el marqués de Villafranca y el marqués de Bedmar, prepara ron la "conjura de Venecia" para el 14 de Mayo de 1618, abortada por el aún no superado servicio de información de la Serenísima República de Venecia y su Consejo de los Diez. Todo ello parece coincidir con la memoria familiar de algunos de los miembros de la rama de la familia Barrosodo. Son sus armas: En plata, dos racimos de laurel, de sinople, cruzados. El estudio del escudo heráldico familiar nos "habla" de quienes formaron el origen de la familia B., pues esa era su función, la de manifestar a los demás sus elementos diferenciales, pues la inclusión del elemento cruz es la primera figura utilizada en heráldica y su significado es la relación de sus miembros con la fé y la expansión del cristianismo. Los esmaltes del arma de los B. pregonan los siguientes valores: la Plata corresponde al símbolo de la Luna, pureza, sinceridad, templanza, clemencia y amabilidad son las características espirituales de la familia, a las que hay que añadir otras como el afán de victoria y éxito y la elocuencia.
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