Familia suiza radicada en varios cantones, de la que se conoce una rama protestante en Berna, entre cuyos miembros figuran varios eclesiásticos, y otras dos ramas católicas establecidas una en el cantón de Zug y la segunda en Naefels (cantón de Glaris), cuyos individuos abrazaron la carrera de las armas entrando al servicio de España, Francia y Cerdeña, entre ellos merecen citarse: Carlos Leoncio, que sirvió en el ejército francés desde 1701 a 1746, distinguiéndose en la guerra de Sucesión de Austria. Un nieto suyo, Antonio Leodegar (1732-1792), que mandaba uno de los regimientos que defendieron en 10 de agosto de 1792 el palacio de las Tullerías contra el pueblo de París; condenado a muerte por el tribunal revolucionario, fué guillotinado el 3 de Septiembre de aquel mismo año en la plaza de la Grève. Su hermano Nicolás Francisco (1740-1831), que entró también al servicio de Francia, ascendió a coronel en 1789, y se encontró asimismo en el ataque de las Tullerías, pero al apoderarse los revolucionarios del palacio pudo escapar, pasando a servir al rey de Cerdeña, que estaba en guerra con Francia; entró después a sueldo del gobierno inglés (1793) con el grado de mayor general y hasta 1814 combatió contra los franceses. Al estallar la insurreción de los cantones suizos de origen francés en favor de Francia, mandó el ejército confederado como general en jefe, pero derrotado, tuvo que refugiarse en Suabia. Reresó a París (1814), donde Luis XVIII le concedió la encomienda de la orden de San Luis y (1815) le puso al frente de un cuerpo de ejército de 30.000 suizos, licenciado algún tiempo después; desde entonces se retiró del servicio.
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