Muy antiguo apellido catalán, poco frecuente y radicado sobre todo en la provincia de Barcelona; asientos menores hallamos en la Comunidad de Madrid, provincias de Tarragona, Girona, Lleida, Baleares, etc. Procede Amell, según señala Moll en su obra “Els Llinatges Catalans, del nom llatí Amelius. Existen en Catalunya varios lugares llamados Amell, a saber: Can n´Amell (Canovelles, Barcelona); Ca l´Amell de la Muntanya (Sitges, Barcelona), y Can l´Amell Gros (Lliçà de Munt, Barcelona), sin duda relacionados con el apellido.
Bernat Amell, magnate que vivió en los siglos XII y XIII, gozó de una gran influencia en la Corte del Rey Alfonso I “el Casto”, y aún más en la de su sucesor, el Rey Pedro I el Católico, del que fue amigo íntimo y fiel consejero. Baltasar de Amell y de Llobregat, fue Doctor en Derecho y Canónigo de Barcelona, asistiendo como Síndico por el Brazo Eclesiástico a las Cortes catalanas del año 1640. Hermano del anterior fue Jaime Amell y de Llobregat, elevado a la dignidad de Ciudadano Honrado de Barcelona en 1600; era nieto de Juan Gaspar Francisco Amell, Conceller Tercero de Barcelona, miembro del Real Consejo, Oidor de la Real Audiencia del Principado de Catalunya, elevado a la dignidad de Ciudadano Honrado de Barcelona en 1551. Francisco de Amell, natural de Vilallonga de la Salanca, fue elevado a la dignidad de Caballero del Principado de Catalunya el 14 de febrero de 1634, asistió a las Cortes catalanas del año 1662.
Armas.- Unos Amell: En campo de oro, un almendro arrancado, de sinople; bordura componada de oro y sinople.
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