Antiguo apellido de origen patronímico, bastante frecuente y repartido por España e Hispanoamérica, derivado del nombre Álvaro o Álvar, del germánico alwars, de ala o alla, “todo”, y warja, “defensa”. El apellido Álvarez, esto es, “hijo o descendiente de Álvaro”, lo fue, por tanto, de innumerables familias españolas, no emparentadas entre sí. Las más antiguas casas de este apellido estuvieron en tierras gallegas y asturianas, en Castilla La Vieja y Portugal.
El apellido se extendió, a la par que avanzaba la Reconquista, por el resto de España, alcanzando gran difusión en Castilla y Andalucía. Así, el historiador Argote de Molina se refiere al caballero Ordoño Álvarez, Señor de Noroña, en las Asturias, al cual dejó el rey don Fernando como alcaide de Baeza (Jaén), en el año 1287, mientras él partía a hacer la guerra a los moros de Sevilla. En 1433 era Capitán General de la frontera del reino de Jaén Pero Álvarez Osorio, el cual, comandando los pendones de las ciudades de Jaén, Baeza, Úbeda y Andújar, hizo la guerra a los moros, entrando en las tierras de Granada. Muchas de las familias Álvarez, a través de sus miembros, hicieron distintas probanzas de nobleza, en repetidas ocasiones y a lo largo de varios siglos, ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada, así como para su ingreso en las antiguas Órdenes Militares.
Armas.- Unos Álvarez trajeron: Partido: 1º., de oro, un roble, de sinople, y un lobo, de sable, lampasado de gules, pasante al pie del tronco, y 2º., jaquelado de quince piezas, ocho de plata y siete de gules.
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