Antiguo apellido castellano de origen toponímico, poco frecuente y repartido por España, si bien se registra sobre todo en Andalucía, Asturias, algunas zonas de Galicia, Castilla-León, Extremadura, Madrid, País Vasco y Barcelona. Procede del topónimo Alcoba, nombre de poblaciones en León, Soria y Ciudad Real, derivado de la voz árabe al-kubun, “la cúpula” (que se usó en el sentido de “casa, habitación”, y también en el de “castillejo”, “pequeña fortaleza”). Probaron su nobleza ante la Real Chancillería de Granada, Andrés y Asensio de Alcoba, vecinos de Sevilla, en 1549. Por su parte, Fco. de Alcoba, natural y Jurado de la villa de Antequera (Málaga), probó su nobleza, en 1564, en Córdoba, para ejercer el cargo de Familiar del Santo Oficio de la Inquisición; era hijo de Martín Alonso de Alcoba; nieto paterno de Alonso de Alcoba, y nieto materno de Bartolomé de Trujillo. Marina de Alcoba y Cerezo y su marido Domingo Toboso de Lara, naturales de Bujalance (Córdoba), probaron su nobleza, en 1663, en Córdoba, para ejercer el cargo de Familiar del Santo Oficio de la Inquisición; era hija de Juan Pérez de Alcoba, y nieta de Juan Pérez de Alcoba y de María López de Alcoba. En Extremadura, Pedro Tomás de Alcoba y Medina, vecino de Trujillo (Cáceres) obtuvo Despacho de Regidor en 1755.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica”, tomo letras A-CH, página 70, recoge para Alcoba: En azur, dos fajas gemelas, de plata, acompañadas de tres estrellas, de oro, dos arriba y una abajo.
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