Antiguo apellido, de escasa difusión, derivado del nombre de bautismo castellano Alberto, o del catalán Albert, ambos procedentes a su vez del nombre personal de origen germánico Athalbertht, compuesto de los radicales athal-, “noble”, y –berht, “famoso, brillante”, latinizado en Adalbertus o Albertus. Ya sea escrito como Albertos o Albertós (forma ésta última más propia de las zonas de habla catalana), los principales asientos de las familias así apellidadas se encuentran en la Comunidad de Madrid y en las provincias de Albacete, Barcelona, Santa Cruz de Tenerife, Alicante, Valencia y Segovia; asientos menores encontramos, entre otras, en las provincias o Comunidades de Murcia, Baleares, Ciudad Real, Cádiz y Valladolid.
Una antigua casa de Albertos hubo en la villa de Medida de Rioseco (Valladolid). La rama establecida en la ciudad de Ronda (Málaga) probó su hidalguía ante la Real Chancillería de Granada, en las personas de Ignacio Albertos Calzado, en el año 1802, e Ignacio Albertos Escalona, en el año 1784. Antonio Albertos, natural de las Casas de Ibáñez, probó su nobleza para ejercer cargos del Santo Oficio de la Inquisición, en Granada, en 1755, y Andrés César Alberto o Albertos, natural de Niza, genealogista, lo hizo en 1652, y su mujer María de Velasco, natural de Tacubaya. En el Archivo General Militar de Segovia se guarda, entre otros, el expediente del oficial llamado Julián Albertos y Bedía, Artillería, 1840.
Armas.- El “Repertorio de Blasones de la Comunidad Hispánica” recoge para Albertos, en primer lugar, el siguiente escudo: En campo de gules, un panal, de oro.
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