Muy antiguo apellido, poco frecuente y repartido por España, con sus principales asientos en la Comunidad de Madrid y en la provincia de Barcelona, siendo notable su presencia en las de Valencia, Huesca, Córdoba y Cuenca, y menor en las de Burgos, Lleida, Zaragoza, Segovia, Albacete, Jaén, etc. Procede del latín acrax, acraris: “uva sin madurar”; también, desde el siglo XIII, “acritud”, “mal humor”, “amargura”.
Las crónicas antiguas refieren que el Rey Don Alonso II el Casto, de Asturias, tuvo a su servicio a un valeroso caballero, que en la lucha contra los moros los desalojó de La Coruña, dominando en Galicia. La batalla en la que el aludido caballero derrotó a los sarracenos libróse en un campo plantado de viñas, cuyo fruto estaba en agraz, y por este motivo tomó el nombre de Agraz por apellido, fundando casa solar en Betanzos, de la que descendió Rui Díaz Agraz, Guarda Mayor del Rey Don Ordoño II de León. Pasaron los Agraz a Castilla, levantando casas muy nobles en Salamanca, Toledo (especialmente en Ocaña) y en Albacete. Probaron su hidalguía los de este apellido en repetidas ocasiones (1538, 1546, 1544, 1571, 1575, 1612 y 1795) ante la Real Chancillería de Granada, y su nobleza para ejercer cargos ante el Santo Oficio de la Inquisición (1567 y 1758).
Armas.- Fueron las primitivas: En campo de oro, dos racimos de agraz, pendientes de un sarmiento con hojas de su color natural, como los racimos.
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