Apellido, poco frecuente y disperso por España, con sus principales asientos en Madrid y Cantabria, notable presencia en Navarra, Vizcaya, La Rioja y Barcelona, y menor en Baleares, Guipúzcoa, Palencia, Valencia, etc. Mogrobejo escribe que se tiene por cierto que el linaje desciende de Heudo, Duque de Cantabria, que fundó solar y palacio en el valle de Carranza, que con el tiempo se convirtió en Aedo, Ahedo y Haedo. De dicha casa solar salió la rama que fundó la casa de Aedo en Caicedo (Álava), y otras en Carranza, Valmaseda, Ocharán, en el Concejo de Zalla, en el barrio de Bollaín, de Carranza (Vizcaya), y en Ampuero, Ramales, Laredo y Castro Urdiales (Cantabria), con ramas que pasaron a Castellón de la Plana y a Valencia.
Pedro Lórez de Aedo, noble infanzón, era caballero de la Espuela Dorada en 1168, reinando Alfonso VIII. Ante la Real Chancillería de Valladolid probaron su hidalguía, entre otros muchos Aedo: Ana de Aedo, vecina de Villalcázar de Sierga (Palencia), junto con sus hermanos Diego, Juan Pablo, Pedro y Sebastián, en 1588; Silvestre de Aedo Respaldiza, natural de Amurrio (Álava) y originario de Valmaseda, vecino de Villafranca del Puente (Toledo), en 1785; Ignacio de Aedo Roa y Torre, natural de Buitrago (Madrid) y residente en Madrid, en 1729; Juan A. de Aedo, natural de Ampuero (Cantabria) y vecino de Burgos en 1727, etc.
Armas.- Unos Aedo: En oro, una encina, de sinople, sobre ondas de agua, de azur y plata, y dos jabalíes, de sable, afrontados, empinados al tronco.
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