Apellido castellano de origen toponímico (también registrado como Acevo), poco frecuente y registrado sobre todo en Cantabria y Madrid, siendo notable su presencia en Asturias, Barcelona, León y Vizcaya, y menor en Lugo, Burgos, Álava, Sevilla, Zamora, La Coruña, Cádiz, Guipúzcoa, etc. Procede del topónimo Acebo, nombre de poblaciones en León, Lugo, Cáceres, etc. cuyo origen está en el sustantivo –acebo- “árbol silvestre”. Hubo, por tanto, distintas familias de este apellido, no emparentadas entre sí.
Una de ellas, antigua y de probada nobleza, tuvo su solar en Miera (Cantabria), de la que descendió Nicolás de Acebo, nacido en 1640, Noble en Cudeyo (Cantabria), en los padrones de 1656 y 1692. Uno de los primeros Acebo fue privado del Rey don García Jiménez de Navarra, al que sirvió en su lucha contra los moros. Probaron su nobleza ante la “Real Chancillería de Valladolid”, entre otros de este apellido: Antonio de Acebo, vecino de Salvatierra de Tornes (Salamanca), en 1550; Domingo de Acebo, vecino de Segovia, en 1581; Pedro de Acebo Cañizo, vecino de Valpuesta (originario de Miera, Cantabria), en 1741; Tomás de Acebo Bustillo Cos, vecino de Carasa (Cantabria), en 1770, y José María Acebo Tréllez Tejeiro y Agüera, natural de Villaodriz y vecino de Ribadeo (Lugo), en 1805. Otros Acebo fueron recibidos en el “Estado Noble de Madrid”, en 1741 y 1744. Armas.- Fueron las primitivas: En campo de plata, un acebo, de sinople. Bordura de oro, con ocho roeles de gules.
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