En la familia de mi abuela, de Ciudad Real, se les daba por parte de su padre el apodo Migallo, pues en mi pueblo todo el mundo tiene apodo centenario. En este caso, la leyenda decía que un Ramírez (como mi abuela) había criado un pollo que finalmente había salido gallo, y por sentirse muy orgulloso y, dicen también, no tener otra maldad, tantas veces habló de su gallo que se le apodó a sus descendientes los Migallo, y se dice también que a uno de sus hijos, mucho más alto y corpulento, se le llamó Migallón.
Lo más curioso de la historia es que, aunque Migallón es un apellido de Ciudad Real, según creo en mi pueblo esta historia se contaba desde antes de que llegara nadie apellidado así... Probablemente sea mucho especular, pero hay a quien le gustan estas leyendas. Un saludo, de un Migallo, a todos los Migallón.
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