Dr.Salazar:
La verdad quizá esté ahí fuera, pero las mentiras y dudas están en tu cabeza.
Con un beso, quise demostrarte lo que siempre había callado
pero nunca me dejaste alcanzar
como anhelé, tus labios.
Tambien sentí el calor de tus abrazos, abrazos que no fueron espontáneos.
Aunque poco logré con mis caricias y mi tierna mirada, solo me queda perdonar.
Perdonar es el valor de los valientes.
Solo aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar
y las tristezas no se quedaran a mi lado para siempre
porque cuando camino,
lo hago en dirección a lo que siempre he deseado.
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