A lo largo del siglo XIX i XX fue habitual que pescadores del litoral catalán se trasladaran en determinados períodos del año a las aguas gaditanas, siguiendo las rutas de pesca que se desplazaban según las temperaturas marinas.
Parece un hecho comentado aunque desconozco si existen estudios o publicaciones al respecto, que no pocos de esos pescadores catalanes o se establecieron definitivamente en Cádiz, o hecho también común, establecieron relaciones bigamas con nuevas esposas gaditanas. De modo que tenian una esposa en Cataluña en los meses estivales y con la llegada del otoño-invierno se trasladaban a Cádiz dónde solia guardarles una familía paralela.
Débido a que las comunicaciones, incluidas las oficiales y eclesiásticas, no eran tan fluídas cómo hoy en día, solia pasar que esas relaciones maritales con esponsorios incluídos se mantenian por años o hasta el fallecimiento del bigamo. Sin que las autoridades o la Iglesia llegará a intervenir.
Está anecdóta me la explicó un gaditano de apellido Miró que por circunstancias y tradición oral familiar, fue conocedor de un hecho de esta naturaleza. Y me apuntó que el caso de su bisabuelo no fue para nada aislado.
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