El motivo por el cual tanto el nombre como el apellido "Pilía" reciben diversos origenes, (a veces netamente anacrónicos) y son traducidos de manera diferente, radica en el uso de la i latina.
El registro más antiguo que existe es el de la reina de Megara abuela de Teseo la cual se traducía al latín como "Pylia" con "y". Lo mismo ocurría con una de las primeras traducciones al latín de una de las integrantes más antiguas de la Gens romana Pilia, la dama Cecilia Pilia amiga de Cicerón.
Francesco Priscianese en su obra literaria De' primi principi della Lingua Latina, ovvero Il Priscianello, Venezia de 1550, escribe el cognomen Pilia o Pylia indistintamente para referirse a la esposa de Tito Pomponio Ático, Pilia, lo que demostraría que su ascendencia familiar era griega y no de otra nación, más allá de haber nacido en Italia.

Es por eso que algunos autores han dejado constancia de este hecho. Desde mi punto de vista se trata de un caso temrano de iotización.
Fray Martín Sarmiento en su obra "Demostracion critico-apologetica del Theatro Crítico Universal, 1779" ​ analiza las dos variantes y sus diferentes significados en griego y en latín a partir de la palabra pilia en castellano25​ y también esta etimología es analizada en la obra "Sociedad y religión clásica en la bética romana" de Juana Rodriguez Cortés, al referirse a varias personas libertas de procedencia griega, con el cognomen Piladis, al que M. Pous traduce como pilar o columna aunque en su forma más helenizada registrada en la que conservan la y se encuentran documentadas en Hispania. Este hecho junto con los restos de una estatua de Esculapio (Asclepio) hallada en 1974 que se encuentra en el museo de Sevilla, en la que figura una inscripción de Caius Fulvius Piladis, reforzarían la hipótesis del arqueólogo Jules Toutain, que el culto a Esculapio fue introducido en la península Iberica por personas de origen greco-oriental.