Este se remonta a Sinaloa, México; los españoles que ahí residían requerían de mano de obra para las minas de la región, la solución fue traer mano de obra barata del penal de Osuna, algunos de los prisioneros al embarcarse a la Nueva España tomaban como apellido Osuna por el penal; al llegar éstos a Sinaloa se presentó la situación de que muchos mineros que eran casi esclavos se apellidaban igual que los de posición acomodada, lo cual derivó en que se optara por cambiar el Osuna de los mineros a Ozuna para establecer la diferencia entre unos y otros.
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