Deberíamos de sentirnos realmente orgullosos de ser parte de la descendencia de las personas que llevan el apellido Fernández, porque gracias a ellos estámos aquí, y como lo dicen en un comentario anterior, pues nosotros no lo elegimos de ésta manera ok.

Felicito a las personas que con muy buen animo dedicaron su tiempo a esta noble tarea de buscar en la genealogía, los significados de los apellidos de las personas. De igual modo, me parece oprtuno solicitarles que tanta genialidad debería tener algun coto a semejante bularidad, y recordarle a la los bufones que como sus ancestros decidieron quedarse debajo de las polleras de sus madres, que Latinoamerica frue fundada por no por cobardes sino por los mas valiente de nuestra madre Patria. Aun con todo nada hará cambiar mi comcepcion de la Nacion de mis abuelos.

Aunque no recuerdo bien,pero hay en una de las antiguas Mesquita,en Córdoba,una Tarja que contien un escrito donde se da el título de Caballero de la Iglesia a Ludovino Fernandez por su participación en la expulsion de los Musulmanes de España y su lucha en defensa de la Iglesia Católica. Es mas o menos asi. Favor de investigar y aclarar la información. Gracias

eso mas que un comentario es una pregunta, si alguien sabe porque el apellido fernandez esta tan regado atraves del mundo, como fue que ocurrio esa diseminacion??

D. Pedro Fernández de Córdoba no solo era alguacil mayor de Iznájar sino también su alcaide. Había sido elegido para suceder en los cargos a su padre, el primer señor de Baena. Ejerciendo como Mariscal de Castilla, estuvo al servicio de D. Juan II y fue ayo de su hijo Enrique, que más tarde había de reinar como Enrique IV. Muy poco estuvo al frente del alguacilazgo de Iznájar, murió en Segovia en septiembre de 1.435, dos meses antes que su progenitor. El mismo día de su muerte será su hijo, D. Diego Fernández de Córdoba y Montemayor, III señor de Baena, quien al heredar los distintos oficios y cargos del padre pasará a detentar la alcaidía de Iznájar. De forma oficial, el 15 de Noviembre, en Arévalo (Ávila), el rey D. Juan II, le otorgaba cartas de merced con los oficios de alguacil mayor y alcaide de la villa de Iznájar. Antes de la muerte del padre ya venía ejerciendo estos oficios, junto al de Mariscal de Castilla, título que el mismo rey le despachó en Segovia el 20 de diciembre de 1.435 "por facer bien e merced a vos Diego de Córdoba, fijo de Pedro Fernández de Córdoba, mi alguacil mayor que fue de la dicha ciudad, acatando los buenos servicios que el dicho Pedro Fernández fizo a mí e al Principe don Enrique mi fijo."
Gracias a los fernández