Siempre me he sentido orgulloso por mi apellido y al leer los antepasados, encuentro la razon de las actividades que me gustan, le gustan a mis hijos y que no dabamos por que.
Yo decia antes, que mi casa se llamaba Olympo y le decia a mis hijos que somos de la realeza, y hoy, al leer el linaje, veo que perdido no estaba. Y es que la sangre se trae asi.
VIVAN LOS CASTRO POR SIEMPRE.
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